La primera C de Compromiso es la más importante, en la cual el centro debe tomar la iniciativa de dar visibilidad a su responsabilidad y transparencia en la gestión de la CdC. De alguna manera esta C funciona como el centro diagnóstico de los logros alcanzados en todas las C, basada en el gran desafío de implementar una buena CdC. La segunda C va de Comunicación proactiva, la cual debe establecerse a todos los niveles  del centro. El Órgano Encargado del Bienestar de los Animales (OEBA) es el responsable de implementar estos canales de comunicación. La tercera C de Competencia abarca el área de formación del personal, así como determina las competencias de cada persona que trabaja con los animales, para conocer sus responsabilidades y habilidades en el desempeño de sus funciones con la máxima integridad. La cuarta C de Cumplimiento se le asocia todas las normativas y recomendaciones que hay en el entorno de la experimentación científica, ya que son  la clave para  el uso, manejo  y cuidado de los animales. La quinta C de Cuidado es la más emocional, donde los conceptos de cuidado no solo están presentes en los animales sino que también debemos centrarnos en la salud mental y emocional del personal que los cuida. La responsabilidad del cuidado, se deriva del respeto a la dignidad de las personas y animales. Finalmente, en la sexta C de Conducta se remarca la actitud que debe tener el personal que trabaja con los animales, basada en la empatía, el respecto y la dignidad.